Es uno de los lugares más impactantes del Valle Sagrado de los Incas, bajo el soplo helado de la cordillera de los Andes, con el serpentear del río Vilcanota (Willkamayu), emerge la ciudadela de MachuPicchu, como la síntesis más relevante de las Culturas Milenarias Andinas; sitio paradisíaco de explanadas, farallones, precipicios, agrestes y profundos con un paisaje natural excepcional en los contrastes de coloración natural.

Las construcciones Incas, con gran  talento y maestría, levantaron una ciudad que constituye un conjunto arquitectónico armonioso de belleza incomparable, en homenaje a sus Apus, dioses tutelares del cosmos (Hanajpacha), a la madre tierra (Pachamama) y a las fuerzas naturales. esta estructura lítica es producto de la arquitectura e ingeniería incas, sin paragón alguno, confundida en el enmarañado de la ceja de selva, en un entorno de exuberante belleza de flora y fauna.

Razones culturales e históricas indiscutibles, han sido gravitantes en el consenso mundial para el reconocimiento de Machu Picchu como ´´MARAVILLA CULTURAL Y NATURAL DE LA HUMANIDAD´´ distinción otorgada el 7 de julio del 2007, a casi 100 años de su descubrimiento científico, por Hiram Binghan (24 de Julio de 1911).

La edificación se atribuye a Pachacuti Inka Yupanki, en el periodo de 1438 a 1471. Fue construida sobre un gran macizo de granito, conocido como ´´El Batolito de Vilkabamba´´, extrayendose de este, las piedras para esculpir las piezas de líticos.

Respecto a la arquitectura, causa asombro la perfección del ordenamiento territorial, que se ha adecuado al lugar, cuyo relieve topográfico es irregular y agreste. el trazo ortogonal de sus calles y recintos guardan una simetría casi perfecta, asociado a los marcados desniveles, definidos por plataformas, muros de contención y graderías, así como la proyección piramidal de los techos y otros elementos constructivos, que diferenciaron la zona urbana de la agrícola.

En el campo de la ingeniería es admirable la tecnología de la calidad constructiva ancestral, prístina, única e insuperable, identificada con un sello inconfundible, que se aprecia en el vano de puertas, ventanas y hornacinas de forma trapezoidal, elevación de los muros de los recintos con estilos de aparejos e inclinados. La proyección de los mojinetes definen los vistosos techos piramidales a dos y cuatro caídas o vertientes.

En los últimos 70 años diversas entidades, entre ellas el Instituto Nacional de Cultura, han asumido la tarea de la preservación y conservación de la ciudadela.

Respecto a la mitigación de los impactos ambientales, hay evidencia que el monumento es afectado por la acción de elementos antrópicos y del medio ambiente.

como los fenómenos geodinámicos exteriores, el intemperismo, la meteorización mecánica y biológica, por el efecto invernadero y el cambio climático.

Dr. Ing. Jesús Puelles Escalante

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